Cada vez que cambiamos nuestro estado espiritual, cambiamos nuestra alma o nuestro grado de semejanza con el Creador. Cuando una persona se eleva al nivel semejanza al Creador, entonces sus reencarnaciones ocurren durante la vida en el mismo cuerpo. Sin embargo, si aún no ha completado la corrección de su alma, entonces su cuerpo se cambia por otro.
Una persona que ha logrado la vida para su alma percibe su existencia como eterna. Pero, probablemente piense que la existencia eterna es imposible porque usted la está relacionando con el cuerpo. Por supuesto que no podemos existir para siempre en el cuerpo, ya que esta clase de existencia es imperfecta (egoísta). Fue creada para ser breve (opuesta al Creador) y su único propósito es que la corrijamos para que sea similar al Creador. Y el estado corregido es eterno. Lo que es más, nuestro estado temporal es de hecho una ilusión, que se nos otorgó para que comprobemos su maldad, como una pesadilla, para que nos impresione y deseemos separarnos de él.
No hay nada creado aparte del alma. El deseo del alma es denominado “su cuerpo”, y su contenido es denominado “Luz”. Nuestro mundo físico no existe más que únicamente en nuestra percepción. Así hablan incluso los físicos: En 1982, en la Universidad de París, un grupo de físicos bajo la dirección del físico Alain Aspect, descubrieron que las partículas elementales son capaces de relacionarse mutuamente de forma instantánea, independientemente de la distancia entre ellas. De alguna manera, cada partícula siempre sabe lo que hace la otra. Esto viola el postulado de Einstein, sobre la máxima velocidad del alcance de interacción posible, equivalente a la velocidad de la luz. El físico David Bohm de la Universidad de Londres considera que de este descubrimiento se deduce que la realidad objetiva no existe, que el universo es un holograma detallado.
RAV. LAITMAN
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