miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cada dia es jusgado.

Y cuando llega el tiempo en que los días han de partir
de este mundo, todos ellos se acercan al Rey Altísimo, como está
escrito: “Y los días de Israel se acercaron cuando hubo de morir”
[ Génesis XLVII, 29.]

Pero, el hombre, mientras se halla en este mundo no considera
ni reflexiona sobre qué se erige, y mira cada día que pasa como
si se desvaneciera en la nada. Cuando el alma parte de este mundo
no sabe por cuál senda hará la travesía. Pues no es
otorgado a todas las almas el ascender por el camino que
conduce al reino del
esplendor donde las almas elegidas siguen brillando.Porque es la
senda que el hombre toma en este mundo la que determina la senda
del alma a su partida. Así, si un hombre es atraído hacia el Santo,
Bendito Sea, y está pleno de anhelo de El en este mundo, su alma
al partir de él es conducida hacia arriba a los reinos más
elevados por el impulso dada a ella cada día en este mundo.

si un hombre sigue cierta dirección cuando parte de este mundo;
esto es, en el otro mundo estará ligado a aquello a lo cual
se liga en este mundo; si santo, santo, si impuro, impuro.
Si procura la santidad, en lo alto será atraído hacia
ese lado y será hecho un servidor para asistir al Santo entre
los ángeles, y se encontrará entre los seres santos a que se refieren las palabras: “Entonces Yo te daré libre acceso entre los que ayudan”
[ Zacarías, 7.].

zohar.

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