sábado, 26 de marzo de 2011

masculino y femenino

La criatura desciende desde la perfección del mundo del Infinito hasta nuestro mundo y, antes de llegar a él, comienza a dividirse en dos partes: masculina y femenina. Estas dos partes, que anteriormente existían en total armonía, tratan de preservar su conexión mutua. Pero en el último momento, cuando su conexión se rompe, se divide en dos. Esto desencadena la creación del sistema de los mundos impuros que distanció la parte masculina de la femenina.

Cómo estaban infinitamente unificados en el mundo del Infinito, así se retiraron infinitamente uno del otro en el mundo impuro. Ahí es donde cayeron dentro de nuestro mundo desde el mundo en el que las partes masculina y femenina están completamente separadas la una de la otra y existen en un grado mínimo de conexión, para sostener la existencia en las formas de la materia inanimada, vegetativa, y animada, así como en el nivel “hablante”.

La fuerza de conexión se manifiesta en ellas no como cooperación y reciprocidad, sino como el consumo de los unos a los otros. Por lo tanto, el estado de ellos es totalmente opuesto al mundo espiritual.

La sabiduría de la Cabalá afirma que el mundo comenzó a existir con la creación de la criatura perfecta, Adám, que se dividió en dos partes. Ellos se separaron y cortaron el contacto uno del otro, sin embargo, aún se conserva alguna conexión e interdependencia. Esto engendró la vida en nuestro mundo, la vida llena de sufrimiento.

Al estar desconectados del mundo espiritual, tenemos que llegar a la conclusión de que sólo nuestra unificación interna, espiritual creará un lugar para la revelación del Creador. Y entonces esto se llamará: “Marido y mujer, y la Shejiná entre ellos”.

La unificación y la mutua inclusión de las múltiples partes masculinas y femeninas complementándose entre sí, darán lugar a la revelación del Creador dentro de ellos, lo cual es su parte mutua, perfecta donde se desarrolla la Luz superior.

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