martes, 8 de febrero de 2011

El pueblo de Israel empezó desde Babilonia

El pueblo de Israel empezó desde Babilonia, donde Abraham descubrió la Fuerza Superior de la Naturaleza y empezó a difundir este conocimiento sobre el Creador, la meta de la creación, el propósito del hombre y la sociedad.

Todo para que nos elevemos por encima de nuestro mundo y no seamos semejantes a todos los animales que viven y mueren.

Él supo cómo elevarse por encima de esta vida y las reencarnaciones del cuerpo animal que es mortal, alcanzando la dimensión superior, la dimensión espiritual que se encuentra por encima de toda esta vida animal.

Abraham empezó a difundir este conocimiento entre todos los habitantes de Babilonia, reuniendo alrededor suyo miles de personas. Todos ellos se llamaban la casa de Abraham, el grupo que él reunió.

Este grupo ha recorrido un largo camino y creció hasta tal punto que empezó a llamarse el pueblo de Israel. No es un pueblo corriente como todos los pueblos del mundo que se reunieron de una manera natural.

Al “pueblo de Israel” puede unirse cualquiera que tiene la intención de dirigirse hacia la unión, para descubrir al Creador (la fuerza del otorgamiento y del amor) en ella.

Por eso este grupo (o el pueblo) puede encontrarse en dos estados: el exilio —cuando quieren unirse pero todavía no lo han conseguido— y la liberación —cuando alcanzan la unión (como un solo hombre con un solo corazón en la garantía mutua “Arvut”)— y descubren al Creador en sí mismos (Bore de las palabras Bo-ven y Re-ve). Y a continuación suben por la escalera para la unión mayor y el conocimiento del otorgamiento hasta la corrección total del Ego por el amor al prójimo: el estado de la fusión (Dvekut).

Al final, toda la humanidad también tiene que unirse a este grupo, y junto con ellos unirse al Creador.

¡Hasta el día de hoy hemos pasado ya por cuatro exilios y tres liberaciones, y estamos ante la última liberación, o sea, el último, el definitivo y completo descubrimiento del Creador a todos y cada uno!

(Extracto de la lección según el artículo Exilio y Redención de Baal HaSulam, correspondiente al 11 de abril 2010, RAV. M. LAITMAN).

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