Necesitamos explicarnos a nosotros mismos que la realidad que percibimos en este momento es ilusoria, transitoria, accidental y que depende de nuestras cualidades internas. La realidad sólo nos parece estable a nosotros, pero en realidad, puede ser alterada, corregida, y transformada.
Supongamos que recibes un computador y asumes que no tiene funciones adicionales además de las que tú eres consciente. Ves la misma imagen todo el tiempo porque no tienes otra. Repentinamente, un experto viene y te dice: “Mira este teclado que te he traído; ensayalo”. Y tú empiezas a presionar las teclas y de repente descubres un montón de cosas nuevas.
Te son mostradas imágenes donde te reconoces. Y así entras en ellas y empiezas a programar el mundo en el que vives. Das órdenes de hecho, y todo cambia a tu alrededor. En este punto, tú comienzas a darte cuenta de que el mundo funciona de acuerdo con un determinado programa llamado “el Creador”. Pero en la medida en que te vuelves semejante a Él, gradualmente adquirieres Sus funciones como un comandante.
Y más adelante, llegas al estado en el que rebasas este teclado con tus propias manos, con todos sus comandos y programas disponibles para ti, con todo lo que está ocurriendo, y, en esencia, con tu propio destino. Y así, imagen por imagen, comienzas a organizar todas esas imágenes que vienen a ti y cambian continuamente.
M. LAITMAN
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