jueves, 14 de abril de 2011

el mundo espiritual

El mundo espiritual es un mundo de fuerzas que actúan siguiendo leyes, algunas de las cuales comprendemos, mientras que algunos aspectos de ellas siguen siendo desconocidas, lo mismo que las ciencias convencionales que exploran la naturaleza de este mundo. Entendemos algunas partes del mundo espiritual mientras que otras permanecen ocultas

Debemos emplear un enfoque estrictamente científico y serio al investigar la espiritualidad, como lo hacemos al estudiar la naturaleza física. Lo que está oculto ahora, se revelará el día de mañana. La ciencia de la Cabalá nos proporciona los instrumentos de investigación que podrían equipararse a un microscopio dentro de nosotros, que podemos utilizar para estudiar las fuerzas espirituales, las fuerzas de otorgamiento.

Sin embargo, debo tener la fuerza del otorgamiento para medir estas fuerzas, para estudiarlas y discernirlas. El ser humano interpreta todo el conocimiento y las experiencias que recibe a través de él mismo.

Después de que desarrollo mis fuerzas de otorgamiento, las ajusto, como lo haría con un microscopio muy sensible, para penetrar en la profundidad de la materia (el deseo) en donde observo diversos fenómenos (de recepción y otorgamiento), de acuerdo a la sensibilidad de mi vasija de percepción (Kli).

En cualquier ciencia nosotros realizamos la función de un instrumento, porque a final de cuentas, somos nosotros que recibimos el conocimiento y hasta cierto punto lo hacemos subjetivamente. Pero cuando estudiamos la ciencia de la Cabalá lo hacemos conscientemente y nos convertimos en un instrumento de investigación. Sin embargo, el estudio mismo debe ser puramente científico. Nuestra investigación se vuelve objetiva pues nuestra naturaleza nos impulsa a ser objetivos.

En muchas ocasiones los cabalistas dijeron: “Por Tus acciones Te conoceré”. “Conoce a tu Creador y sírvelo”. “Pues todos Me conocerán desde el más pequeño hasta el más grande”.

En todo el universo hay solamente dos fuerzas, dos atributos: la Luz (el atributo de otorgamiento), y el deseo de disfrutar (el atributo de recepción). Todo lo demás se deriva de ellos.

M. LAITMAN.

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