miércoles, 20 de abril de 2011

NUESTRA NATURALEZA

En nuestro mundo lo único que sabemos hacer es recibir. Por lo tanto, sin la ciencia de la Cabalá el mundo resbalaría hacia la autodestrucción. Si no fuera por las nociones del Creador y la creación extraídas de la Cabalá, si no fuera por la oportunidad de atraer la Luz superior, la fuerza que nos corrige, si sólo existiera este mundo frente a nosotros, sólo la tierra rotando en el espacio y nosotros en su superficie manejados por la naturaleza, entonces exterminaríamos la vida aquí en las próximas dos décadas. Esto está confirmado por la investigación científica, en la cual definitivamente se puede confiar. Los recursos de la tierra son limitados, y después de habernos comido todo, moriríamos de inanición.

En nuestro mundo no hay solución para este proceso. Estamos deliberadamente siendo llevados a un estado irreversible en el que no nos quedará ningún medio de salvación. El propósito es revelar nuestro Faraón, nuestro egoísmo, que nos destruye y no nos permite hacer nada. Como resultado de este proceso, toda la humanidad tiene que sentir una necesidad por el Creador.

La investigación nos muestra que en los próximos años el mundo enfrentará una carencia extremadamente cruel de agua limpia y otros recursos necesarios. En teoría, para el final de este siglo terminaremos con lo que queda y tendremos muchas posibilidades de morir. Y no hay solución. Las mentes más brillantes del mundo no pueden encontrarla. Pero son tan listos que pueden ver una línea final de la cual no hay escapatoria.

Y en realidad, ¿Cómo podemos salir de ello? No tenemos oportunidad en cuanto a restringir nuestras inclinaciones malvadas. No puedes aconsejarle a las personas consumir menos debido a la falta de otra opción. Si cada uno comienza a recibir el ingreso mínimo y no más que eso, entonces a partir de mañana nadie va a ser capaz de moverse ¿Y cuál sería el punto de eso? Es exactamente lo que sucedió en Rusia tras la revolución. Si la motivación desaparece, el mundo se congelaría. Incluso si entregas medallas por el trabajo desinteresado, no ayudaría.

Tengo que sentir que otra persona es inferior a mí de alguna manera, que he ganado más o he alcanzado algo más grande. Si no tengo esto, ¿Entonces qué compensación puedes ofrecerme? Si mi vecino recibe 5000 dólares, entonces yo necesito al menos 5001. Pero si todo es igual, entonces la persona simplemente no puede vivir de esa manera.

Es por eso que hoy enfrentamos un problema que no tiene solución en nuestro mundo. Somos incapaces de lograr el equilibrio con la naturaleza. Eventualmente todos entenderemos qué es un mundo global, integral y qué es la homeostasis. Hay muchas películas e investigación en este tópico y todas hablan de que debemos practicar la moderación. El único problema es que no somos capaces de contenernos.

El Faraón surge de las sombras dentro de nosotros, obstruyendo todos nuestros intentos de moderar nuestro apetito. Pronto esto saldrá a la superficie: Las personas se observarán, viendo como son impotentes, caminando hacia la muerte sin ser capaces de parar. Baál HaSulám describe esto mediante una alegoría: El ángel de la muerte te trae una gota de veneno en la punta de una espada y tú abres la boca para tragarla y morir. Eres incapaz de vencerte a ti mismo y esperas esta gota final.

Es por eso que la diseminación de la ciencia de la Cabalá es necesaria. Se necesita un grupo ejemplar, capaz de mostrarle al mundo la verdadera solución. Este grupo tiene que convertirse en “una Luz para las naciones” y desde arriba derramar sobre ellos la sensación y mente espirituales. De otra manera el mundo no tiene oportunidad.

Similarmente, en nuestro caso particular tampoco hay oportunidad. La diferencia es que nosotros mismos queremos sentir este estado definitivo porque sabemos que después de eso la Luz superior nos será revelada, siendo esta una nueva fuerza, la fuerza de otorgamiento que tirará de nosotros hasta un nivel diferente. Y debemos hacer lo mismo por el mundo incluso cuando las personas no son capaces de aspirar a esto antes de tiempo.

M. LAITMAN

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