jueves, 9 de junio de 2011

El rechazo del mal

¿Por qué no llegar a la corrección final de forma positiva? Todo lo que tenemos que hacer es encontrar “una cucharada de brea en el barril de miel”, 1% del mal en el 99% del bien y empezar a trabajar. Todo depende de nuestro reconocimiento del mal, de nuestra sensibilidad a este. Y ese es el propósito de la sabiduría de la Cabalá: desarrollar en nosotros la sensibilidad para el reconocimiento del mal.

Tenemos que descubrir el mal por miligramos, “bajo el microscopio”, lo cual será suficiente para ver cuán enorme e insoportable es este. Los sabios dijeron que los justos ven la inclinación al mal como una montaña gigante. En otras palabras, incluso la última gota de mal les parece monstruosa. Mientras tanto, los malvados creen que su mal es tan grueso como una hebra de cabello: ¿Qué hay para hablar acerca de esto?

Por lo tanto, todo depende de cuán consciente eres y qué factor de amplificación tiene tu “lupa”. Por consiguiente, nunca debemos sentirnos bien por los disturbios, el hambre y otros problemas que inundan el mundo. Debemos cultivar el reconocimiento del mal, y esto es lo que se supone que despierta nuestra diseminación de la Cabalá en la humanidad.

¿Qué estamos diseminando? ¿Nuestra autoridad? No. ¿La autoridad de Baal HaSulam? No. ¿La autoridad del Creador? Tampoco. Queremos que las personas aprendan la autoridad de la inclinación al mal, el ego, el cual ejecuta el programa y es la causa de todas las desgracias. Y si están llamando para derrocar a sus gobiernos, ellos deberían por lo menos tratar de entender que debemos sacudir el poder de este “viejo rey estúpido” en nosotros mismos.

Esto es lo que se supone que debemos manifestar, para que el hombre entienda quién tiene el control sobre él y quién debe encargarse de todas las desgracias y problemas. Nuestro escape del mal se determina por cuán consientes de este llegamos a estar. El rechazo del mal es la fuerza que conduce nuestro crecimiento. Esto es todo lo que necesitamos.
M. LAITMAN

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