miércoles, 1 de junio de 2011

judaismo

Todas las costumbres tradicionales en el Judaísmo son una huella de acciones espirituales cabalísticas, sólo que en el deseo corporal, egoísta. Las verdaderas acciones espirituales son llevadas a cabo en dos esferas: recepción y otorgamiento.

Tras haber perdido la conexión con el amor de otros, con el otorgamiento y con el mundo superior, lo que nos queda dentro del marco de este mundo es llamado Judaísmo. Esta es la forma en la que existe la Cabalá para una persona durante el periodo de exilio. Sin embargo, para unos cuantos elegidos, se revela en dos esferas: espiritual y corporal.

Es por eso que en la religión existen ciertas costumbres llevadas a cabo de acuerdo con la tradición. En lugar de realizar esas acciones dentro de uno mismo, como acciones espirituales, son llevadas a cabo en el exterior.

El Suljan Aruj (compendio de leyes y preceptos judíos), el libro de las leyes religiosas, describe acciones espirituales, pero en forma material. Cuando dice “lava tus manos”, significa, tienes que tomar tus vasijas espirituales de recepción (“manos”) y limpiarlas al sumergirlas o lavarlas en la Luz de Jassadim (Misericordia). Explica cómo hacer el palio nupcial, la Jupá, para la conexión con el Creador, cómo separar el deseo puro (Kosher) del impuro, o cómo sacrificar a un “animal”, es decir al propio egoísmo, de la manera correcta.

Cualquier acción realizada en el día es un reflejo de los procesos espirituales. Es por eso que el Suljan Aruj describe la vida de una persona en detalle desde el momento en que se despierta y agradece al Creador: Qué pie debe salir de la cama primero al despertar, cómo ponerse los zapatos, cómo vestirse, metiendo primero la mano derecha, lo cual es símbolo del deseo de otorgar, y después la izquierda, un símbolo del deseo de recibir.

Todo es descrito hasta el último detalle porque esto va con la corrección del alma. El “cuerpo” es el alma, y el libro explica cómo corregirlo, cómo vestirlo, lavarlo, cómo alimentarlo (es decir cómo llenarlo y con qué Luz, Jojma o Jassadim, y en qué orden), y cómo bendecir los diferentes tipos de comida, los tipos de satisfacción para el deseo de recibir. De esto habla el Suljan Aruj.

Antes de la destrucción del Templo, toda la nación había estado realizando esas acciones, cada uno en su propio nivel y trabajando en su alma. Todos sabían lo que esto significaba en relación con su alma y con la Luz.

Sin embargo, en el momento en que perdimos la conexión con el mundo espiritual y caímos en la recepción egoísta, ya no tuvimos un alma, así que no había nada que corregir al realizar todas esas acciones. Por eso las personas comenzaron a realizar las mismas acciones en sus cuerpos, con esta carne corporal, en el mundo material, y en la mesa material donde comen, en lugar de llenar el alma con la Luz.

Si abrimos el Talmud, veremos un listado de reglas que debemos seguir en relación a otros (por ejemplo, cómo pagar a tu prójimo si tu animal ha dañado al suyo), pero esto implica un nivel espiritual. Todo el Talmud habla acerca de las acciones de la persona que está trabajando en la corrección de su alma, pero son descritas a través de animales o del trabajo en el campo, usando el lenguaje alegórico.

Si estás en el mundo espiritual, es claro para ti que esto se relaciona con el mundo espiritual, con el alma. Para ti, es como si el mundo no existiera. Entiendes que es imposible corregir algo al derramar agua primero en una mano y luego en la otra, y que esas acciones son realizadas sólo como una representación de la similitud del mundo material con el mundo espiritual.

Si uno existe en el mundo espiritual, él o ella actúan de la misma manera en el mundo corporal. Sin embargo, una acción material no corrige el alma. Es simplemente una tradición cultural, la historia de una nación, un modo de vida al cual uno está acostumbrado desde la niñez.

En realidad, llevamos a cabo esas acciones en nuestra corrección interna. En otras palabras, tomamos partes de nuestro deseo y con acciones como esas, las elevamos por encima del nivel egoísta, llenándolas hasta el nivel del otorgamiento hacia otros y hacia el Creador. Esto es exactamente sobre lo que hablan el Suljan Aruj y toda la Torá, los cuales nos enseñan cómo hacerlo.

Sin embargo, cuando perdimos nuestra conexión espiritual, comenzamos a tratar esto como acciones materiales. Mano derecha, mano izquierda, un toro, o un burro, una persona las entendía y estudiaba como si fueran leyes corporales.

(44242 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 5/29/2011, Shamati # 40)

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