"Y Dios dio a Salomón sabiduría" [1 Reyes V, 9.]
Y también "y la sabiduría de Salomón sobresalía..."
[I. Reyes V, 10]. Pues la luna alcanzó entonces su
plenitud y el Templo fue construido, Y así vio Salomón
la sabiduría directamente y no tuvo necesidad de sueños.
Después de que hubo pecado, en cambio, se vio
obligado de nuevo a tener sueños como antes.
De ahí que está dicho que "Dios se le apareció
dos veces" [I. Reyes XI, 9], dos veces, es decir,
en sueños, pues comunicaciones mediante
la sabiduría tenía diariamente. Más aún, el sueño
de Salomón como médium superaba al de todos los otros
hombres en cuanto era una mezcla de grado eon grado,
de visión con visión. En sus días posteriores, en
cambio, cayó sobre él la oscuridad por causa de sus pecados y
la luna menguó porque él no observaba el pacto sagrado y
se entregaba a mujeres extrañas. Esta fue la condición
que Dios estableció con David, diciendo: "Si tus hijos
guardan mi pacto... los hijos de ellos también se
sentarán por siempre en el trono" [Salmos C XXXII, 12.],
donde lá expresión "por siempre" es de la misma importancia
que la frase "como los días del cielo encima de la tierra"
[Deuteronomio XI, 21.].
Y como Salomón no guardó el pacto adecuadamente, la luna
comenzó a menguar, y así, al final estuvo De nuevo sujeto
a sueños.
ZOHAR
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